A través de escaneos tomográficos y el uso de programas computarizados en 3D se pudo modelar el rostro de la momia Juanita en un busto de silicona. Así, conocimos cómo lucía esta adolescente de 13 o 14 años antes de ser sacrificada.
A través de escaneos tomográficos y el uso de programas computarizados en 3D se pudo modelar el rostro de la momia Juanita en un busto de silicona. Así, conocimos cómo lucía esta adolescente de 13 o 14 años antes de ser sacrificada.
Diana Gonzales Obando

Pocas veces en la historia, ver el rostro de una persona ha causado tal repercusión como ha sido conocer a la , nuestra Juanita, la momia más famosa del país. “National Geographic”, la BBC de Londres, el “New York Times” y otros medios internacionales y nacionales dieron cuenta de esta proeza científica que evidenció los rasgos físicos de esta adolescente de unos 13 o 14 años, aproximadamente, antes de ser sacrificada.

Juanita es una de las momias mejor conservadas del mundo. Fue hallada en 1995 por el arqueólogo Johan Reinhard y el andinista Miguel Zárate. Se encuentra en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica Santa María de Arequipa.
Juanita es una de las momias mejor conservadas del mundo. Fue hallada en 1995 por el arqueólogo Johan Reinhard y el andinista Miguel Zárate. Se encuentra en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica Santa María de Arequipa.
/ LINO CHIPANA

El color de su piel, las dimensiones de su rostro, el grosor de sus labios fueron reconstruidos por científicos de la Universidad Católica de Santa María (Arequipa) y del Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia (Polonia), tras una serie de análisis y estudios de corte médico y forense.

No es la primera vez que se logra la reconstrucción facial de un individuo del pasado. Nos hemos fascinado ya con la dama de Cao, ‘revivida’ gracias a los avances de la tecnología y la manera en que puede conversar con la arqueología. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿de qué manera las tecnologías actuales pueden ayudar a reconstruir el pasado?

Tecnología avanzada y equipos multidisciplinarios nos permiten aproximarnos a personajes como la Dama de Cao y la momia Juanita.
Tecnología avanzada y equipos multidisciplinarios nos permiten aproximarnos a personajes como la Dama de Cao y la momia Juanita.
/ OSCAR FARJE

Conversamos por teléfono con la Dra. Dominika Sieczkowska del Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia y profesora en la Universidad Tecnológica de Silesia. Ella se encuentra en Polonia desde la semana pasada, después de presentar al mundo la imagen más real de Juanita, junto a la Dra. Dagmara Socha, también del Centro de Estudios Andinos, y a Oscar Nilsson, el artista y arqueólogo que realizó la reconstrucción facial. “A través del uso de tomografías y escáneres 3D, se ha podido reconstruir su cráneo y tejidos blandos de acuerdo a cómo son los músculos de las personas en la zona andina. Se hizo análisis de laboratorio, de isótopos y ADN antiguo”, explica Dominika Sieczkowska. “La muestra que está en el museo es el resultado de varios años de estudio, no solo es la reconstrucción, sino también los análisis para obtener más detalles sobre el ritual de Capac Cocha”, sostiene la doctora sobre el ritual inca por el que Juanita fue sacrificada en el volcán inactivo Ampato.

Sieczkowska nos cuenta que en el museo Santuarios Andinos existen más momias guardadas a -20°, que no pueden ser vistas por el público, pero que han pasado por el escáner 3D: “Para nosotros, eran personas. Dándole cara a Juanita le estamos devolviendo su personalidad. Lo más importante es ver que ella pertenece a la cultura peruana y estuvo tan viva como cualquiera”, dice.

Grandes microcosmos

Una de las principales arqueólogas en el Perú en aplicar tecnologías de avanzada en su trabajo es Lucía Watson, posdoctorante de la Universidad de Wroclaw (Polonia) y codirectora del proyecto Las Momias como Microcosmos. Ella nos comenta que en sus investigaciones se sirve de escaneos tomográficos, una técnica que se utiliza para seres vivos y es de uso médico. Se aplica en estudios de fardos funerarios. “Todas las técnicas en arqueología responden a una problemática. En mi caso, al estudiar estos bultos mortuorios consigo entender la construcción y el tratamiento funerario, sin abrir ni destruir el contexto, utilizando métodos no invasivos ni destructivos”, sostiene Watson.

La arqueóloga indica que, tras someter el fardo a un tomógrafo, a través de un software se puede complementar y reconstruir en tercera dimensión: “Nos permite hacer autopsias virtuales. Abrimos virtualmente el fardo y podemos ver los objetos en diferentes densidades”, señala.

En tanto, el bioarqueólogo Gonzalo Irureta, quien participó en la reconstrucción facial de Josef, un esclavo afrodescendiente encontrado en un cementerio de africanos en Cañete, refiere que hace 50 años el panorama era muy distinto. “Para estudiar a un individuo, se tenía que abrir los fardos y usar radiografías. Era limitado el estudio, algunos extraían el tejido blando, pero con la tomografía computarizada a partir de los restos uno puede hacer un análisis y saber hasta el estilo de vida de estas personas”, explica Irureta.

Por otro lado, la inteligencia artificial y la ‘machine learning’ se están utilizando para complementar datos e información de ciertos objetos patrimoniales. Los drones se están usando para crear modelos tridimensionales a través de fotogrametrías (técnica que define forma, dimensión y posición de un objeto) de sitios arqueológicos. “Esta reconstrucción es sumamente importante desde el punto de vista de la revalorización del patrimonio cultural y de nuestra historia”, nos comenta el Director de Investigación de la Universidad Católica Santa María, el Dr. Gonzalo Dávila, sobre el rostro de Juanita.

Sin duda, estos son aportes valiosos para la reconstrucción de nuestra historia y la evidencia de un gran esfuerzo de profesionales que aman lo que hacen y consiguen cada día alimentar nuestra identidad. //

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