Jazmín Flores

Diana Ibarra siempre soñó con ser mamá. Como muchas , la empresaria y creadora de contenido peruana, creció jugando con muñecas. Las vestía, les hablaba y las cuidaba totalmente comprometida en un rol que deseaba asumir cuando tuviera su propia familia. Ni por obligación, ni por cumplir con estándares sociales: ella sólo anhelaba con todas sus fuerzas experimentar la en carne propia. Así que cuando llegó el momento decisivo junto a su esposo, Jaime Sotomayor, no dudó ni titubeó en hacerle frente a los obstáculos en su camino a convertirse en madre.

Como buena escorpiana, Diana -más conocida como Didi- sabe que la fuerza de voluntad mueve montañas. Así sean las propias o las del resto de la sociedad. Montañas y montañas de prejuicios con las que se topó desde que nació su blog Dolce Placard en el 2013. Su exposición en redes sociales y su canal de YouTube la enfrentaron a una lucha constante contra el ‘body shaming’. Cuando compartió su camino hacia la maternidad, sucedió lo mismo. Resuelta a combatir la ola de desinformación y la falta de empatía en redes que afecta a las mujeres que se encuentran en este proceso, Diana habla en exclusiva sobre esta lucha desde su experiencia personal.

—Diana, eres una mujer que va a mil por hora, ¿en qué momento de tu vida te encuentras hoy?

Este año me estoy enfocando mucho en disfrutar lo que me gusta hacer. Estoy concentrada en mi marca de ropa ‘High Key’, mi contenido en redes sociales, mi podcast y en un proyecto literario. Y bueno, también en encontrar el balance conmigo misma, mi vida y el día a día. Trato de no llenarme de ‘cosas que tengo que hacer’ para sentirme productiva. Trato de darme mi espacio para relajarme.

—Llevas más de diez años compartiendo tu vida en el mundo digital. ¿Dirías que has encontrado tu propósito?

Sí, claro. Dolce Placard empezó como un hobby, pero en el trayecto encontré mi verdadera vocación: conectar con personas que hayan tenido diferentes tipos de luchas. Ya sea con el amor propio, la aceptación personal y corporal o el tema de la maternidad deseada y la infertilidad.

A la fecha, Diana cuenta con más de 373 mil seguidores en TikTok, plataforma que utiliza para narrar con humor parte de sus experiencias como mujer.
(Foto: Hugo Pérez/ GRUPO EL COMERCIO).
A la fecha, Diana cuenta con más de 373 mil seguidores en TikTok, plataforma que utiliza para narrar con humor parte de sus experiencias como mujer. (Foto: Hugo Pérez/ GRUPO EL COMERCIO).

—En redes has compartido tu vida amorosa, tus logros profesionales e incluso tu experiencia con el bullying. Hoy compartes tu camino hacia la maternidad...

Siento que puedo conectar con mis seguidoras a través de este deseo, porque hay tantas que también lo pasan y se sienten muy solas en el proceso. Hablo desde mi experiencia propia, a raíz de los periodos de mi vida donde sentí que no estaba siendo suficiente. Una presión que me había autoimpuesto por la sociedad a mi alrededor. Poder compartir este dolor no solo ha sido sanador para mí, sino también para otras personas. Ayudar a que no se sientan solas y se den cuenta de que hay una luz al final del túnel. Eso es lo que más me gusta de lo que estoy haciendo.

—¿Cuándo y cómo te diste cuenta que querías ser mamá?

Creo que de alguna manera, desde chiquita, siempre quise ser mamá. Desde que jugaba con las muñecas me vi en ese rol. Además, me considero una persona bien maternal. No digo “¡Oh por Dios me encantan los niños! Hubiera sido maestra”, pero sí me nace. Me gusta dar amor y forjar ese vínculo, así que hace unos años empecé a cuestionarme. ‘¿Quiero ser mamá por razones egoístas? ¿Quiero ser mamá por mí o simplemente he crecido con la idea de que mi rol es ser mamá eventualmente?’ Ahí fue cuando me di cuenta que quiero ser mamá porque me gusta la responsabilidad que conlleva. Ayudar a criar a una persona de bien, que haga un cambio positivo en la sociedad, que irradie amor, que sea generosa y que vibre bonito en este mundo con tantas cosas negativas. Eso me ilusiona bastante.

—¿Cómo empezaste tu búsqueda de la maternidad?

Cuando me casé con mi esposo, Jaime, comenzamos a verlo, a hacernos tests y eso nos llevó al resto del proceso. Eventualmente nos dimos cuenta que íbamos a necesitar apoyo profesional. Fue importante encontrar el correcto, que esté alineado contigo, con lo que quieres. Alguien que esté en la misma frecuencia. Siento que con las personas correctas el camino puede ser menos duro.

— ¿Qué fue lo que descubrieron en este proceso?

No hay causas realmente. Hay ocasiones en las que ni siquiera sabes cuál fue la razón. Hay dos diferentes momentos en que a alguien se le puede complicar: concebir e implantar. Al comienzo, pensaba que quizás el problema era al inicio, pero luego me di cuenta que no era tan simple. No puedes señalar a una sola cosa porque a veces el panorama puede cambiar. El cuerpo humano y estas tecnologías de reproducción asistida evolucionan. Para cada persona todo siempre cambia y se vuelve diferente y además hay factores que se pueden tratar de controlar y otros que no.

— ¿En qué etapa del proceso te encuentras hoy?

Me gustaría no comentar mucho de mi proceso, prefiero llevarlo en privado porque es algo que cuido mucho.

"Debemos tratar de hacer lo que sí está bajo nuestro control, soltar expectativas y confiar en que todo va a estar bien", aconseja Diana a quienes estén pasando por un proceso similar.
(Foto: Hugo Pérez/GRUPO EL COMERCIO).
"Debemos tratar de hacer lo que sí está bajo nuestro control, soltar expectativas y confiar en que todo va a estar bien", aconseja Diana a quienes estén pasando por un proceso similar. (Foto: Hugo Pérez/GRUPO EL COMERCIO).

—Entiendo. Comentas que tener una red de apoyo es vital en procesos como este, ¿quienes conforman la tuya?

Mi gran apoyo fueron mis padres, mis suegros, mis mejores amigos, mis hermanos y cuñados. Todas las personas que están en el núcleo más cercano. También, aunque no estén tan al tanto de qué he hecho, las personas que me acompañan en redes sabiendo que estoy en este camino hacia la maternidad deseada frente a la infertilidad, me mandan muchas energías bonitas y se siente su apoyo. Ha sido algo sanador para mí. Intento también hacer lo que está bajo mi control y soltar expectativas. Cuando me liberé de la presión automáticamente una voz dentro de mí me dijo ‘todo va a estar bien, vas a ver que sí se va a lograr’. Después de cinco años de estar en este proceso, he aprendido a soltar y desde entonces siento cerca esta energía. Como si el universo me dijera ‘ya estás lista’. Siento que ya es una realidad. De la manera y el momento que tenga que ser, pero siento que podría ser más pronto de lo que espero.

—Todo este proceso lo viviste junto a tu esposo, ¿él es tu mayor soporte?

Siento que sin Jaime quizás me habría rendido antes, porque no me siento sola en el proceso. Me siento en total unidad con él. Incluso en los momentos más difíciles, siento que él ha aguantado un poco su dolor para decirme “yo soy tu roca y estoy acá”. Encontrar a un compañero de vida con el que realmente te sientes apoyada en todo momento, es muy hermoso. Tenemos cinco años de casados y ocho juntos. Siento que hemos pasado tanto y que nuestra relación es tan fuerte que podemos enfrentar lo que sea. Y si esto por alguna razón no se da, cosa que no creo, siento que igual estaremos bien. Eso me dio otro nivel de paz. No creo que hubiera podido sobrevivir de esta manera este proceso sin él. Esto es solo el comienzo, tenemos todo el resto de nuestras vidas para ver qué va a pasar. Si pasa, pasa. Si no, ya se verá.

Derribando mitos y prejuicios sobre la maternidad

Hablar sobre la maternidad deseada y la infertilidad es complicado en el Perú. Especialmente porque como sociedad no hemos aprendido del todo a abordar el tema con sensibilidad, tacto y empatía hacia las personas que están experimentando este proceso. Aún así, el que sea difícil de hablar no quiere decir que no se deba hacer. Bajo esta perspectiva, Diana Ibarra toma su lucha personal y su voz en redes para desmitificar las creencias que convierten a la búsqueda de la maternidad y la infertilidad en tabúes.

—Al compartir tu camino en redes sociales, te enfrentas constantemente a la opinión de los demás, ¿cómo lidias con ello a nivel emocional?

En general, las opiniones o preguntas no solicitadas de las personas afectan. Uno no siempre tiene que dar su opinión solo porque la tiene. Siempre recuerdo la regla de los cinco segundos: si con tu opinión la persona puede cambiar algo en cinco segundos, adelante. Pero si vas a comentar ‘baja de peso’, ‘si haces esto no vas a quedar embarazada’ o cosas así... ¿Qué hace la otra persona con esa información? Nada. Solo la hará sentir mal. Por ejemplo, a muchas personas les encanta opinar sobre mi subida de peso. Me dicen ‘si bajas de peso, te apuesto a que sí lo logras porque a mí me ayudó'. Mi subida de peso se debe a todas las hormonas y todas las cosas que estoy llevando por el proceso. A veces pueden tener las mejores intenciones, pero igual no deberían dejar ese tipo de comentarios. Hay que dejar a la gente vivir su vida a su ritmo y no meternos porque no es tema nuestro y uno nunca sabe. Esos comentarios pueden derrumbar lo que de por sí toma mucha resiliencia y fortaleza poder sobrellevar. Por eso es tan importante tener en cuenta la salud mental en redes sociales.

— ¿Por qué eliges tomar acción y responder directamente a los comentarios?

Si tiene una respuesta, ¿por qué no responder? Es una oportunidad para educar e informar. Muchos me dicen “si lo pones en redes, estás abriéndote a que te hagan comentarios”, pero uno no hace algo en redes esperando que le digan esas cosas. Lo hace para poder conectar con personas. Es difícil que alguien que nunca ha pasado por una experiencia así conecte y entienda el peso emocional y físico que puede conllevar; por eso creo que mi forma de comunicar, mi personalidad, aliviana un poco o aligera un tema que en ocasiones puede ser denso. Siento que es una manera de poder ayudar a las personas y también brindarles una nueva perspectiva sobre ciertas cosas.

Con una actitud resiliente y rodeada de quienes ama, Diana Ibarra no solo se vuelve más fuerte y segura de sí misma para afrontar este proceso, sino también acompaña e inspira a otras mujeres que se encuentran en una etapa complicada en sus vidas.
(Foto: Hugo Pérez/ GRUPO EL COMERCIO).
Con una actitud resiliente y rodeada de quienes ama, Diana Ibarra no solo se vuelve más fuerte y segura de sí misma para afrontar este proceso, sino también acompaña e inspira a otras mujeres que se encuentran en una etapa complicada en sus vidas. (Foto: Hugo Pérez/ GRUPO EL COMERCIO).
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—En nuestra sociedad, ser mujer es vivir con constantes presiones como la de la maternidad y el reloj biológico. ¿Cómo afrontarlas?

Me ayuda mucho el humor. También buscar ayuda profesional, he ido a terapia para conversar sobre estos temas. Cuando puedo ordenar mis ideas y las suelto procesadas, me puedo dar cuenta de qué está sucediendo. Eso le diría a las personas. No quedarse con esas cosas dentro, sino encontrar a alguien de confianza con quien hablar y soltar cómo te sientes y no sentir culpa por cómo te sientes. Pensaba “¿por qué no me ha pasado a mí? ¿hay algo mal en mí? Si esto no me pasa es porque no estoy lista y quizás es porque no lo merezco”... pero en realidad es más simple. La vida tiene sus momentos. Siento que gracias a este proceso incluso voy a ser mejor madre. Si de frente hubiera salido embarazada, así rápido, antes de trabajar en estas cosas -porque soy muy intensa e impaciente-, no hubiera estado preparada. Siento que me ha ayudado a trabajar herramientas buenas para cuando algún día sea madre. Aprecio toda esta lucha, todo este proceso.